Sucedió en los Alpes. Caminaba con unos amigos franceses. Cerca de nosotros, un pueblo pequeño. Más cerca aún, unos labriegos cultivaban sus tierras. De pronto, desde la torre de la iglesia, sonó la campana. Eran las doce. Los campesinos dejaron su trabajo y se acercaron unos a otros. "¿Qué hacen?", pregunté a mis amigos. "Rezan el Ángelus".
Cada día, a las doce, tú y yo tenemos una cita con santa María. Dejemos unos segundos nuestro trabajo, nos reunimos alrededor de ella y rezamos el Ángelus. Con esta oración le recordamos el momento más grande de su vida: cuando comenzó a ser la Madre de Dios. Hazlo con amor y evita las distracciones. Para lograrlo puedes mirar la imagen de la Virgen que tienes en clase, en casa o en tu agenda de bolsillo. Al mirarla piensa en ella y di esta oración poniendo cariño en tus palabras.
Miguel Ángel Cárceles,
La Aventura de acercarse a Dios,
Juvenil Mundo Cristiano,
No hay comentarios:
Publicar un comentario